El Principito es un repelente

Hay niños repelentes que les darías una ostia hasta que le girases la cabeza como la niña del exorcista.
Los hay como aquellos que cantaba Serrat de “niño deja de joder con la pelota”, pero hay uno que es el master of the fuckers de lo repelente. Incluso supera a los niños que salen cantando en “La voz Kids”.
Sin duda los más avispados y traumatizados adultos sabrán que hablo dela abominable obra llamada “El Principito”.
Que tremendas lecciones morales, que espectaculares dibujos hechos con sencillez, que gracia de diálogos, esa agilidad bien entendida.
Hoy en día en la búsqueda constante de iconos pop resulta fácil encontrar vinilos, pegatinas y killo-tatoos con motivos de “El Principito”.
Incluso hoy en día, periódicos o revistas mensuales para hombres que se creen interesantes les siguen dedicando paginas masturbatorias que pretenden adoctrinar sobre qué bueno es.
Si por mi arte esperáis algo coherente ya sabes que vais mal, esto no es un blog de esos, aunque tampoco sé muy bien qué coño es esto, pero es que ni con cierto grado de alcohol en sangre consigo adentrarme en el mundo del niño repelente que tira pedos de moralina y mea incienso de jazmín.

Que bonito, lástima que no apretaran más fuerte las agujas al pasar junto las venas.

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